duminică, 2 octombrie 2011

¡Quedate!


Qué dulce eres para mi.
Qué bello eres para los sentidos.
Ameno tu, afable dueño,
quedate y crece en mi alma.

Ví el destello de tu gloria
en el alto del cielo
y crecieron alas a mi alma.
El candor de tu amor
descendio a mi ventana,
y los arboles florecieron
alegre clemencia.
Tu mano acarició
mi infortunado corazón
y el sol brilló cómplice,
amistad.

Inunda mi ser, para que
las nubes se vuelvan blancas palomas.
Pongo ganas de quererte.
¡Quedate!


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